Un hombre deseaba la inmortalidad, por lo que intentó capturar y retener a Muerte, la segunda hermana de los siete eternos: Destino, Muerte, Sueño, Desespero, Deseo, Delirio y Destrucción.
Algo salió mal, y Sueño fue capturado. En su ausencia, la gente perdió sus sueños, las noches se volvieron más oscuras. Pero ocurrió algo más. Sueño perdió un objeto muy valioso: su yelmo. El yelmo de Sueño, hecho con los huesos de un dios, es su objeto más preciado y poderoso, junto a las Arenas del Sueño.
Sí, su yelmo le fue arrebatado...
Sueño fue liberado, y volvió a su reino, donde todo era un caos. Pero él tenía un asunto importante. Tenía que recuperar lo que era suyo. Y las brujas de Macbeth le indicaron donde pordría encontrarlo: en el Infierno.
Sueño descendió hasta la puerta del Infierno para ser guiado por Etrigan, el demonio de Merlín. Éste le llevo hacia Dis, la ciudad del Infierno. Y en el centro, el palacio de Lucifer Estrella del Amanecer.
Sueño sintió miedo, pero siguió adelante. Aún tenía suficiente poder, y recuperaría lo que le pertenecía. Entonces, se presentó ante Lucifer.
Le dijo que su yelmo fue robado, por uno de sus demonios, y que lo quería de vuelta, ya. Lucifer le explicó que no era tan fácil, que las cosas habían cambiado desde la última vez que estuvo allí.
En el Infierno hubo una guerra civil, que lo dividió. Ahora, eran tres los reyes infernales: Lucifer Estrella del Amanecer, Beelzebub Señor de las Moscas y Azazel. Sueño insistió. Quería su yelmo, y lo recuperaría.
Lucifer le dijo que si era capaz de decir cual de los demonios que habitan el Infierno se lo robó, lo recuperaría. Y fue llevado ante las vastas planadas del Infierno, donde estaban reunidos todos los demonios. Sueño contempló la oleada ilimitada de criaturas y se le preguntó una vez más, cual era el demonio que le robó. Reconoció a algunos de los demonios por las pesadillas, u otros de haber pasado por el Reino de los Sueños. Pero eran demasiados, y uno tenía su yelmo, la máscara del sueño puro.
Dejó caer las Arenas del Sueño, que inmediatamente se posaron sobre la cabeza de un demonio, al que Sueño señaló con el dedo y dijo aquel.
Choronzon, un duke del infierno al servicio de Beelzebub.
Sueño le exigió que le devolviera el yelmo, pero Choronzon se negó. Lo había conseguido de un mortal que se lo ofreció, no había quebrantado ninguna ley del Infierno. Si Sueño quería recuperar su yelmo, tendría que luchar por él.
No sabía si estaba lo bastante fuerte para enfrentarse al demonio. Aceptó.
El duelo comenzó, y Choronzon dio el primer movimiento:
Soy un lobo asesino.
A lo que Sueño respondió:
Soy un cazador a caballo, aniquilo al lobo.
Soy una mosca tse-tse, pico a tu caballo y caes de él.
Soy una araña devoradora de moscas.
Soy una serpiente de colmillos envenenados, devoradora de arañas.
Soy un búfalo, aplasto la cabeza de la serpiente.
Soy un anthrax, virus devorador de carne y vida.
Sueño se dio cuenta de la táctica del demonio y cambió de estrategia:
Soy un mundo flotando en el espacio, con todas sus formas de vida.
Soy una supernova explotando, destruyendo planetas.
Soy el universo, todas las cosas y vidas juntas.
Soy la anti-vida; la Bestia del Juicio; la Oscuridad tras el final de todo; el final de universos, dioses, mundos... de todo... ¿Y tú...? ¿Qué eres, Señor de los Sueños?
A los que Sueño contestó:
Silenciosamente, Sueño abandonó el Infierno, con su yelmo.
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3 comments:
Me contaste esta historia hace algún tiempo. La busqué y no la encontré. Y ahora que ya casi la había olvidado, me la vuelves a contar. Que conmovedora en el sentido más conmovedor de la palabra. Qué hermosa.
''¿Qué eres, Señor de los Sueños?
Soy la esperanza.''
Que metafora tan hermosa.
- Y cuando todo estaba perdido...
- ¿Todo?
- No, todo no. Aún no habíamos perdido la esperanza, la fe en la vida, en nosotros mismos.
Hey!! Vale, quedemos, pero con la condición de que nos tomemos un Frapuccino® juju Me alegro que te alegrases ^^ Y tambien me alegro de que te acordases de ese día :D
Besitos pequeño mosquetero!!
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