Tuesday, August 21, 2012

Pulseras

Acabo de sorprenderme con un pensamiento que lleva tiempo en mi cabeza pero hasta ahora no me había preocupado. Todo empezó cuando empecé a ver este vídeo:




Salta a la vista que el muchacho es bueno. Más que bueno, es de esa destreza que yo no voy a alcanzar en mi vida. Y sin embargo eso no fue en lo que pensé cuando vi el vídeo.

Lo primero en lo que pensé fue en sus pulseras.

Pensé "¿a dónde va este con esas pulseras? ¿quién se ha creído? ¿se cree más guay por llevarlas? ¿cree que tiene más personalidad por estar tocando música clásica con ellas? ¿es más rebelde o qué? payaso. a dónde vamos a parar, que no puede ni vestirse dignamente para tocar a Chopin, tiene que demostrar que es más guay que nadie bla bla bla bla..." y entonces me di cuenta. Bueno, me di cuenta de muchas cosas, la primera de todas que era un capullo (yo, no el pianista).
Después me di cuenta de lo mucho que me influyó aquella época del Museo/Río en que el que conocí a tanta gente que acabó implantando un estereotipo en mi cabeza. Gente que depende de lo guays que se ven, que se basan únicamente en su abrigo de cuero de tres cuartos, en sus cruces invertidas y sus pulseras de pinchos y con eso ya le están demostrando al mundo lo fuerte y reivindicativa que es su personalidad cuando en realidad eran todas iguales. Ese es el prejuicio que tengo en mi cabeza, y es el que aflora cuando veo estas cosas.

Entonces me detengo y digo ¿en qué me he convertido? Estoy escuchando a un chico que es buenísimo al piano ¿y en lo único en lo que puedo pensar es en lo capullo que debo de ser porque lleva pulseras? ¿A eso me voy a dedicar ahora? ¿A crearme imágenes preconcebidas de la gente solo porque llevan esta prenda o este pelo? Ridículo, patético. Exactamente lo mismo que hacían esos adultos de los que me quejaba de adolescente, salvo que lo estoy haciendo a los 23.

Tengo que dejar de hacer esto. No soy quién para juzgar a nadie. Me he dejado llevar, pasando de tener una simple opinión sobre una estética (cosa que puede tener cualquiera) a pensar que alguien es un capullo por llevar pulseras. En serio, sé que nadie leerá esto pero de hacerlo, reflexiona si a ti también te pasa y cambia lo más rápido que puedas, porque es una bola de nieve que solo va a peor. Antes de que te des cuenta querrás partirle la cara a quien lleve camisetas blancas y arrancarle las orejas a quien lleve un colgante del martillo de Thor.

Todos somos humanos. Todos tenemos nuestras pequeñas dosis de prejuicios que no podemos evitar, pero si va a ser inevitable por lo menos procuremos mantenerlo dentro de una dosis inofensiva. Que no se convierta en un modelo de pensamiento, que no se convierta en tu forma de visión predeterminada.

Lo digo ya no solo por los demás, sino por ti mismo. Porque te lo aseguro, una vida en la que la gente te cae mal por llevar pulseras no es una vida muy feliz.




P.D: El chico se llama Joe Atlan. No, no creo que sea un capullo. No creo nada porque no lo conozco en persona, pero igual (y ojalá) es una bellísima persona. Lo único de lo que puedo opinar es de su música, que visto lo visto, el tío es bueno. Muy bueno. Aquí dejo su canal de YouTube por si a alguno de mis múltiples lectores (¡JA!) le interesa.





P.P.D: Una vez estaba hablando con una antigua profesora y amiga de la familia sobre una compañera de mi clase. Me sorprendía que siendo como era ella se juntase con cierta clase de personas que a mi modo de ver no tenían nada que ver con ella. Esta profesora contestó "Ella es como su padre. No juzga a las personas, solo está con ellas". Aunque a veces lo parezca, esa es una frase que nunca he olvidado y espero que nunca lo haga.

Saturday, August 04, 2012

Bestia

Es una sensación extraña y nueva. Rápida y amenazadora. Pero al mismo tiempo hermosa.

Diferente y única. Especial. Todavía no sé lo que es.

Como un animal que te va a matar pero solo puedes admirarle. Como caerse de un avión y creer que estás volando.

Da miedo. Puede acabar mal. Pero de una forma muy extraña y aterradora quiero ver a dónde va. Quiero morirme de miedo. Porque estoy muerto de miedo. Quiero morirme de miedo para ver qué es lo que hay después.

Después de tantos años parece que hay algo que ver.