Tuesday, March 15, 2011

Amazing Grace




Esta noche he tenido un sueño. Uno de esos sueños hiperrealista en el que ni te planteas por un segundo que sea un sueño, en el que sientes claramente que es real porque, ¿cómo no va a serlo? Vives vidas enteras, pasan los días a tiempo real, las horas fluyen... todo normal. Hasta que no te despiertas ni sospechas que pueda tratarse de un sueño.

¿Y cómo describes la sensación que tienes cuando sabes que es tu último día? Ni siquiera recuerdo cómo me enteré en el sueño, si me lo dijo un médico o si sencillamente lo supe, pero supe que solo me quedaba un día de vida. Recuerdo lo que fue ver mi último atardecer. Especialmente saber que sería el último.

No tenía miedo. En parte estaba en paz conmigo mismo, no tenía miedo a morir. Pero aún así tenía miedo. Tenía miedo de no poder decir todo lo que quería decirle al mundo. Había tantas personas con las que quería hablar, y tanto que decirle a cada una.
Tenerlo todo preparado y bien atado antes de marcharme. Las últimas palabras.

No logré dejar en herencia todo lo que quise. No di todos los abrazos que me hubieran gustado. En momentos así, ¿hay algo lo bastante bueno para ser lo último? ¿Hay algo que esté a la altura? ¿Estás tú mismo a la altura de los acontecimientos, listo para mirar a alguien a la cara y darle el último abrazo de despedida? ¿Listo para no llorar y ser firme? Es difícil. Al mismo tiempo todo lo que no tiene importancia desaparece de tu cabeza. Aprendes a que te de igual. En cierto modo, esperas que tus últimos momentos sean sonriendo, de esa manera tan natural e inocente que no necesita ningún motivo.

Curiosamente, me planteé venir a este blog para escribir una entra
da que se llamase "El último post" o "La despedida" o algo así, algo para que esta parte de mi vida quedase cerrada.

Cogí el teléfono para hacer una última llamada. Era algo que sabía que tenía que decir antes de morir, tenía que hablar con esa persona. Tenía que decirlo. El teléfono ocultó la pantalla, no podía ver nombres ni números. Tras mucho esfuerzo conseguí llamar al fijo, pero no había forma de contactar. Dicho aquí no suena a gran cosa, pero en el sueño fue como si el mundo conspirase para que no lograse hacer esa llamada. Pero finalmente logré llamar al móvil. Y contestó. Y cuando me dispuse a soltarlo por fin, me desperté.

Supe que era un sueño, supe que no me estaba muriendo. Supe que si fuese así, tendría mucho que decir a muchas personas. Y no sé si un día sería suficiente.

Pero por si este es el último post que logro escribir, os quiero.


No comments: