Wednesday, October 24, 2007

All the roads


"Perdonadme. He perdido mi altura y mi nombre".

Esa ha sido la frase con la que me he despertado. En mi sueño, no recuerdo en qué pero había fallado, y en deshonor, dije esa frase a todos aquellos a quienes había fallado. Y entonces me desperté.

Y todos los caminos hacen zigzag, y todas las luces ciegan.

La voluntad de sacrificio.

El corazón puro.

La maldad de los inocentes.

La enmarañada oscuridad.

La verdad polivalente (¿polivalente?)

Las fresas y la ropa interior.

La amistad.

Los sentimientos.

El pasado y el futuro.

Quiero creer que me guía un fin superior. Quiero creer que seré feliz. Quiero creer que mi corazón me dirá que hacer. Quiero creer que hago lo correcto. Quiero creer que son imaginaciones mías. Quiero creer que solo es que solo es que solo es...

Pero que estúpido soy.

En un segundo puedo tenerlo todo.
Y al instante quedarme en nada.

Creo que seré un gran filósfo. Porque soy capaz de contemplar el universo y sus movimientos. Soy capaz de desarrollar teorías e investigar el alma. Soy capaz de navegar por los sueños y volar entre fantasías. Soy capaz de leer la mente y orar en las montañas. Soy capaz de revelar la verdad a los lerdos y a las piedras.

Pero no sé qué hacer con todo eso. Porque no soy capaz de tocar el universo y sus movimientos. No soy capaz de practicar mis teorías ni ide abrazar al alma. No puedo beber de los sueños ni viajar más allá de las fantasías. No puedo leer los labios ni orar en la calle. No soy capaz de revelar la verdad a los inteligentes ni a los animales.


Y en este viaje me pregunto quién me acompaña. Y cuando pregunto quién, me refiero a la persona que está dentro de mí, aquella que veo reflejada en el espejo.

Perdón, parece que no hago más que reiterar ideas. "¿Quién soy? ¿Quién soy? ¿Quién soy?" como un adolescente quejica. No se trata de eso. Por una vez, me gustaría saber que soy para el mundo.

Me he pasado una parte importante de mi vida observándolo, apreciándolo, analizando, y actuando en él, dándole nombre a las cosas que me rodeaban.
Pero es como si el mundo no me respondiese. No a lo que le pregunto. Me responde de muchas maneras, casi siempre a preguntas que no he hecho. Y puede que ahí estén las respuestas, pero...
quiero un cartel que diga "Lino, eres esto para mí".

Mundo, ¿qué soy para ti?

Gente del mundo. Gente que quiero. Perdonadme. He perdido mi altura y mi nombre. Y ahora quiero recuperarlos.





1 comment:

Eme said...

No te será válida, porque intuyo que tiras por una respuesta inmaterial, incorpórea, sobre tu esencia. Pero te diré (y espero que, como gran filósofo, sepas desmenuzar todo el significado de mi expresión) que tu, para mí, eres Lino, mi mejor amigo.
Con todos los inmensos e innumerables atributos que se adjuntan xD.

Dices que observas el mundo, que este te responde, pero que por primera vez quieres saber qué eres para él. No me gusta, pero no tengo mas remedio que estar en desacuerdo: creo que eres una persona que está constantemente pidiendo eso. No me malinterpretes, no es malo en absoluto. Para mi, incluso, es bueno. La gente te importa, y por tanto, te importa todo lo que piensen sobre ti.
Es lo que le suele pasar a la gente observadora, que llega un punto en que necesitan afianzar qué son ellos para el universo que observan.
Pero no te preocupes. Es un universo sabio, algún día te lo dirá.