Friday, July 06, 2007

Boulevard of Stolen Dreams


¿Boulevard de los Sueños Rotos?

no,

Boulevard de los Sueños Perdidos



Hay algo peor que un sueño roto. Un sueño perdido, robado por el tiempo.

Esta es la historia de un chico que tenía un sueño. Sus lágrimas le hacían arder los ojos mientras soñaba con invocar relámpagos, retar al Universo y seducir a los corazones de la humanidad. Un chico que quería ser estrella del rock. Que quería hacer música. Quería Ser Música.

Y el chico comenzó una carrera, y en seguida le empezaron a hablar de responsabilidades, de estabilidad, de futuro y de trabajos. El chico al principio no hizo mucho caso, porque se metió en la carrera por placer. Pero las cosas no funcionan así, le dijeron. Y algún dia lo comprendería.
El chico comenzó a estudiar, lleno de ilusión. Los fines de semana, tocaba con un grupo. Tocaban rock, y el chico también volcó ilusión en aquello.

Comenzaron los trabajos. Comenzaron los exámenes. El tiempo del chico se iba estrechando en su contra. Pero estaba allí, y tenía que esforzarse. Estudió y logró formarse. Aprobó curso y pasó al siguiente. Cuando descansaba, a veces tocaba la guitarra en el sofá. A veces se sentaba delante del piano para improvisar.

Pasaron los años y se encontraba en el penúltimo curso de la carrera. Había asistido ya a más de una conferencia. Hablaba mucho con un profesor, mostraba interés. Tenía que empezar a pensar en su trabajo, decían. La carrera son cinco años, pero tu trabajo es toda tu vida, decían. Pronto se jubilarían los catedráticos de esta facultad, le dijo el profesor. El chico empezó a mostrar más interés. En el último año hacía funciones como ayudante de profesor.

Volcó gran interés, y sin embargo, había algo que se le escapaba, algo que olvidaba, y que hacía ya mucho tiempo que había dejado de tener importancia para él. Quizás, porque tenía que pensar en su futuro.

Comenzó el doctorado, y se esforzó mucho. Costó mucho más de lo que se esperaba, y le llevó más tiempo del que planeó, pero lo consiguió. Pasaron los años, terminó las oposiciones. Consiguió un puesto como profesor en aquella universidad. Tras unos años, consiguió un puesto como catedrático fijo.

El chico ya no era ningún chico. Tiene ya 36 años, está casado y acaba de nacer su tercer hijo. He pensado en el futuro, decía. Tengo mi vida, decía.

Salió al campus, y comenzó a escuchar una melodía. Sentado bajo un árbol, un chico joven que le resultaba familiar tocaba la guitarra. Se acercó a él sonriendo y la nostalgia sobrevoló su cabeza. Me gusta lo que tocas, sí. Muy rockero, le dijo. ¿Tocas en un grupo? El chico asintió y el profesor le dijo que él también tuvo un grupo y tocaba la guitarra, que de hecho aun debía de tenerla por ahí, en alguna habitación, y que antes solía tocarla mucho, que a él le gustaban esas cosas. Dijo todo eso e inmediatamente empezó a pensar en la próxima clase, más distraído que de costumbre.

Esa noche soñó con una noche estrellada, por un griterío eterno de júbilo, y la distorsión de una guitarra eléctrica que hacía temblar la tierra, retando al Universo, provocando relámpagos, mientras creaba una escalera de fuego que subía y se ponía a pulsar todas las palancas y botones del cosmos solo para ver qué ocurría, mientras los ojos le ardían por las lágrimas.

Despertó por la mañana mientras olvidaba el sueño a los pocos segundos. Hubo un cosquilleo en un rincón de su corazón, muy muy pequeño, discreto, años atrás olvidado por la llegada de nuevas preocupaciones, que con voz ronca y muda le gritaba, con lágrimas en los ojos sabiendo que no volvería a ser escuchado, que le faltaba algo.

Que había perdido algo

Que le habían robado algo










¿Hasta qué punto estamos dispuestos a luchar
por nuestros sueños?

2 comments:

L3nor3 said...

Solo los grandes luchan por sus sueños hasta el final... los demás, bueno, los prdemos po el camino.

P.D: Ejem... yo no doy mieooooo!! Y si que quedaremos no??!! Que yo no me como a nadieeee!! :'(

Eme said...

No creo que todas las personas que "abandonan" sus sueños hagan propiamente eso. Un sueño es un sueño, una entidad intangible grabada a fuego en el alma humana. Y el alma no se hace mayor.

Entonces, ¿por qué la gente pierde sus sueños? Pues porque no son sueños en realidad, sino anhelos mortales producidos por modas, o por etapas.
Cuando un sueño es tan grande que duele el corazón nunca se abandona; quizás descanse algunos años, pero siempre vuelve, porque son nuestra esencia, y sin ellos no somos nadie.