Wednesday, November 15, 2006

Magic Fire

Cada mañana, a las 6:25, me despierta la misma melodía del despertador de mi móvil. Me incorporo sobre las sábanas para pararlo, y me levanto para ir a ducharme, o espero un minuto a que salga mi hermano de la ducha, que entra antes que yo.
Me ducho, me pongo una toalla en la melena para que al soltarla no me moje la espalda y pille una pulmonía. Sobre las 6:45-50 estoy fuera y vistiéndome. Salgo al salón y cocina, cojo los cereales y me preparo un cuenco. Desayuno, termino, dejo pasar el tiempo hasta que preparo la mochila, me lavo los dientes, cojo mis cosas y me pongo mi música mientras voy a recojer a Marta a su casa para ir la parada. Cojo el autobús y sigo con la música, hasta llegar al instituto, donde sigo con la música hasta entrar en clase. En algunas atiendo, en otras no. En algunas cojo apuntes, en otras no. En algunas me duermo, en otras no. Salgo al recreo, y compro mi oferta Salchichón+Refresco (preferentemente Kas naranja), o raros días, de salchicha. Me quedo con el grupo de siempre, o los días esos en los que no sé integrarme, me quedo ausente. Terminan las 3 horas, a veces más animadas que otras. A la última hora salgo deprisa para pillar plaza en el autobús (cada vez es menos complicado), donde sigo escuchando música, hasta que bajamos y acompaño a Marta hasta su puerta, donde nos quedamos charlando sobre el dia, nuestros pensamientos o cualquier tontería. A veces hace un calor infernal, otras llueve. A veces no tengo ni idea de que hablar, y otras veces me quedaría toda la tarde charlando con ella.
Luego dejo pasar la tarde de manera irresponsable, salvo lunes y miércoles, en los que mis alumnos reclaman sus lecciones de guitarra, y yo mis lecciones de hapkido (de ésto último también el viernes). Después de comer suelo echar el rato en el ordenador, y a veces desperdicio la tarde en él. Llega la hora de dormir e intento madrugar, pero siempre se me acaba alargando la hora. Ceno, me lavo los dientes y a la cama. Y ahí es donde empieza la peor parte.
Tengo una vida tranquila, y a la vez emocionante. No me falta de nada. Tengo salud. Gente que no cambiaria por nada. Gente que no olvidaría por nada. Una familia de la ostia. Cuando me preguntan "¿Qué tal?" suelo contestar "Mejor de lo que me merezco". Las veces que pienso "¿Qué pasaría si ahora mismo, en este instante, me muriese?", le quito la gracia a la idea, porque no me gustaría. Por uno u otro motivo, nunca es un buen motivo para morir. Siempre tengo motivos para querer llegar al dia siguiente. Siempre tengo motivos para querer llegar a la hora siguiente. Lo que le digo a la gente que habla del suicido: "Siempre que pienses en suicidarte, date un dia más y verás como al siguiente encontrarás un motivo por el que agradeces no haberte suicidado". Estoy muy agradecido por mi vida y no la cambiaría por nada.


Entonces...
¿Por qué todas las noches, cuando me meto en la cama, empiezo a pensar en formas de morir de repente? De un infarto, no poder respirar, empezar a vomitar sangre, que entre alguien en la clase y me pegue un tiro. O sencillamente, pienso en lo que sería cerrar los ojos para dormir, y no despertar a la mañana siguiente ni nunca. Pienso en morir de una vez. Cada noche, pienso que estaría mejor muerto.
Vivo un dia intenso. A la noche muero. Y cada mañana resucito.
Pero ¿por qué tengo que morir cada noche? ¿Qué tiene la noche metido en la cama que me hace aferrarme tan poco a la vida, donde cualquier forma de morir es una buena forma?
¿Quizás por ganas de desgarrar la rutina? ¿Asistir a mi propio funeral y ver a quién le importo y qué dirían de mí? Solo sé que uno de mis mayores deseos cuando cierro los ojos para dormir es "No volver a abrirlos nunca más". Y cada mañana, en el instituto, pienso "Dios, gracias por darme un día más. Gracias por dejarme abrir los ojos, otro día más".







Aquella noche de San Juan, mi deseo se cumplió.







"Deseo ver otro amanecer".

3 comments:

L3nor3 said...

Bueno, es como lo que te conté. a veces sientes que sobras un poco, que el mundo no perdería nada si tú no estuvieras. Pero tampoco te quitas de en medio ¿¿eh?? Porque enun recóndito rinconcito de tu alma sabes que eres único, que eres grande y que el mundo sería muy gris si tu no estuvieras para darle color, quizá no es el mundo mundial lo que se oscurecería, pero al menos sí el mundo de algunas personas. Por eso, por muy aburrida que sea tu vida, aunque siempre se repita la misma rutina, en tu cabeza eso puede cambiar. Puedes imaginar una nueva vida, donde no exista la rutina, donde cada día las caras sean diferentes. También se puede vivir de sueño, ¿por qué no? Además, algún filósofo del cual no recuerdo el nombre, dijo que las ideas existen por el simple hecho de estar en la mente de alguien. Y bueno, mi vida imaginaria es la leche, y eso no me lo quita nadie.

Eme said...

...voy a hacer algo que va contra mis principios: rebatirte un pensamiento. Dices que agradeces volver a ver amanecer cada día (de esa manera en que tu y yo sabemos ver amanecer ;) y sin embargo, sigues muriendo cada noche. A la mañana siguiente te alegras de no haberlo echo, porque el día parece darte razones para vivir. ¿Sabes que sensacion me ha golpeado al leer tu post? Que estas más emperrado en ver la alegría de tu vida que en verla realmente. Cuando una persona es tan ''feliz'' en su vida como tu dices serlo cada mañana, no le viene la idea de morir esa noche. Y creeme, que se mucho de felicidad y de tristeza. Deberias plantearte hablar con Hermida xD porque quizás -solo quizás- en medio de tu visión positiva de tu rutina diaria, encuentres disfrazado de felicidad al inmenso vacío, al que, quieras o no, todos tememos. Pero es solo una opinión, supongo ;) Buen amanecer, mi niño.

Lino said...

Ya pensaba hablarle de eso, aunque sé que me diría.
Creo que sé porque me vienen esos pensamientos por las noches.
Están ahí, pero no son sentimientos sinceros.
No vienen por la carencia o falsedad de mi "felicidad", vienen por otros motivos.
Puede haber dos posibles motivos. Uno es deseo de romper con la rutina de la forma más llamativa posible.
El otro puede ser que durante la noche me falta algo que no me falta durante el dia.
Pero aun así hablaré con él.