Wednesday, October 18, 2006

Olvidar Tiempo atrás Continuar




DIKERS - LAS NOCHES QUE ME INVENTÉ


Si soy capaz me vuelvo a resucitar

en medio de una canción.
Si lo hago mal
no dejes de susurrar
que no hay sitio en tu colchón.
Mi corazón a punto de caducar

de estar esperándote,

y en el balcón
sufría como un cristal.
Antes de que despierte mis sueños de bar en bar.

Y ya lo ves soy fácil de convencer

con besos robados de un todo a 100
que dejo esparcidos por el arcén
(por el arcén)

Mejor callar y hacer del cielo un desván
y que nada sea como ayer
y acariciar la sombra del pedestal

dónde un día te encontré.

Ningún ritual me vuelve a la realidad

como hizo aquel revolcón.

Que si no estás me empacho de libertad,
se vuelven las noches largas
y de amargo y rancio sabor.

Y ya lo ves soy fácil de convencer

con besos robados de un todo a 100

que dejo esparcidos por el arcén
(por el arcén)
y otra vez a revolver
en las noches que me inventé
de contenedores llenos de miel

que van calle abajo de un puntapié (de un puntapié)

Las noches que me inventé...


Y ya lo ves soy fácil de convencer
con besos robados de un todo a 100
que dejo esparcidos por el arcén
(por el arcén)
y otra vez a revolver
en las noches que me inventé

de contenedores llenos de miel

que van calle abajo
de un puntapié (de un puntapié)
¡Otra vez!

Hace tiempo que escuché esta canción, y me llamó la atención desde el principio. Porque la letra era un enigma para mí. Pensaba "Que poético. Me recuerda a los Piratas. Con letras de ese estilo". Más tarde le encontré el sentido evidente: desamor. ¿No? Un tio que sufre desamor por una tia que le ha dejado. Parece evidente.
Ahora, dos años después vuelvo a escucharla. Y la letra me golpea como una piedra. Porque:
Si soy capaz, me vuelvo a resucitar en medio de una canción. Y si lo hago mal, no dejan de recordarme que no hay sitio en su colchón.
Mi corazón a punto de caducar de estar esperándote. Y en el balcón mirando al horizonte sufriendo como un cristal que brilla al reflejo del sol, que se va ahogando.
Y bien si es cierto, por desgracia, que soy fácil de convencer con besos robados de un todo a cien, aunque sean besos metafóricos, que luego dejo esparcidos por el arcén.

Y llegó el dia en que decidí que era mejor callar, y hacer de aquel cielo que era tenerte en mi corazón en un desván de recuerdos, acariciando la sombra del pedestal donde un dia estuviste.

Y no puedo evitarlo, pero ningún ritual me vuelve a resucitar como hizo aquel revolcón. Y ahora que no estás me empacho de libertad, de demasiada libertad que no sé controlar, por lo que se me vuelven las noches largas (y de amargo y rancio sabor).
Y una y otra vez a revolver en contenedores, llenos de lo que parece dulce miel, y al final se van calle abajo de un doloroso puntapié.

Toda esta canción describe paso a paso el sentimiento por el que pasé hace relativamente poco. Al escuchar la letra detenidamente me lo ha recordado con tanta fuerza que tenía que escribirlo.
Y seguiré adelante, empachandome de la libertad de la que dispongo. Hace tiempo que decidí callar, y convertir todo el cielo en un desván, pues en tu pedestal hace tiempo que solo hay una sombra.
No me malinterpetéis. Este post habla de sentimientos que ya pasaron. No alarmemos las cosas.

1 comment:

Eme said...

Ah... los extremos nunca fueron buenos, ¿verdad? Tan mala es la falta de libertad (aunque solo sea moral) como el exceso de esta. Yo también estoy empachada de libertad, y también se lo que es convertir el cielo en un desván, y acariciar la sombra de los pedestales que un día construiste. Pero, ¿sabes? Los cielos nunca podrán ser desvanes por mucho tiempo, y los pedestales están echos para alabar dioses, no sombras. Y si no, ya sabes, confia en mi.