Cuando puedas, mientras puedas y siempre

Me he pasado los últimos años tratando de vivir mi propia vida y centrándome en ella todo lo que podía. Analizando cada uno de sus detalles e imaginando siempre el siguiente paso antes de terminar el actual. A veces equivocándome y otras tomando las decisiones correctas. Creo que eso ha sido un grave error en muchos aspectos.

Está bien preocuparte por tu vida, está bien intentar que las cosas te salgan bien o como te gustaría.

Pero ¿qué ocurre cuando las cosas empiezan a fallar y todo se desmorona? Reaccionas de mil maneras diferentes según el día y el humor con el que te encuentres. Cuando todo lo que tienes es una vida, hay mil factores a los que culpar. Pero el mayor problema de los ojos es que no pueden ver su propia cara.

Me ha hecho falta una conversación en la que no escuché nada que en el fondo no lo supiese siempre para darme cuenta de dónde puede estar mi fallo.

Tengo que dejar de ocuparme de mi vida y empezar a ocuparme de mí mismo.

He sido un cobarde disfrazado de valiente

siempre pendiente del qué dirá la gente

Escondo mis miedos para parecer fuerte

pero ya no más, es hora de ser consecuente

porque... porque creo que lo he visto amigo.

Me hago una promesa,

y es hacer lo que sea para buscar soluciones

no problemas.

Sé que no soy perfecto.

Bien, no me castigaré más por no serlo.

Voy a aprender a decir que no

a aceptarme como soy,

a medir el valor

porque a veces fui valiente por miedo.

Sé que suena extraño pero, ¿sabes qué?

Lo peor de todo es que es cierto.

Hoy busco

dormir a gusto.

No suena muy ambicioso, pero créeme

es mucho.

Llevo veintidós años estudiando la vida.

¿Que no hay mal que por bien no venga?

Eso es mentira.

Me centraré en lo importante,

mi familia, mis amigos

y mi pasión por el arte

(y en mí)

Aceptaré que tengo derecho a estar de bajón de vez en cuando

porque estar de bajón es humano.

No pienso rendirme ante ningún problema.

Confío en mí, soy capaz de vencer lo que sea.

Volveré a caer millones de veces

pero siempre volveré a erguirme

porque me di cuenta de que...

Oh sí, amigo, me di cuenta de que

Quizás la clave para ser realmente libre sea

reír cuando puedas

y llorar cuando lo necesites.

No obcecarse con los objetivos,

tratar de relajarse y vivir algo más tranquilo.