Tuesday, November 21, 2006

Clow

Bien, supongo que es hora de empezar
a explicar lo que es estar
siempre soñando en lo que será
tu vida de cielos:
Primero crees que todo está a tus pies. Luego descubres que al revés todo está en mente
como un remolino de ideas.
Si pudieras, ¿no cambiarías el color
de toda una generación de mariposas?
¿Y si te dijera que todo está aquí? ¿Qué toda está ilusión no es más que un sueño?

Después empiezas a correr buscando donde está ese lugar donde dejaste las llaves.
Los duendes empiean a bailar. Y tú te planteas que haces ahí.
¿Y si te dijera que eres un cometa? Tan brillante como mil estrellas y tan fugaz como tu paso ante los ojos de un extraño.
Luego llueve. Cuando llueve quizás me entristezco. Y entonces, cuando me quejo, siempre me dices que me ponga a pensar. Tras la lluvia, en el cielo nocturno sale una hermosa estrella, pienso en ello, y la lluvia me empieza a gustar.
¿Pero cómo puedo caminar por nubes de algodón, donde no se puede correr ni saltar, nisiquiera nadar, sin caer en las estrellas de más allá?

¿Y si me equivoco? Quizás eso no sea vivir un sueño. Quizás es la realidad.

Ahora piensa en todas las veces que viste un cometa, que por muy fugaz que fuese, su brillo lo hizo inmortal. Tan silencioso, y tan fugaz.
Quisiera convertirme en un cometa, recorrer el cielo y poder recoger la luz de cada momento. Entonces, estaría en tu corazón para siempre.

Sunday, November 19, 2006

The Saints Are Coming

Debería poner en orden mis prioridades.
Es como si actuara en todo lo que hago sencillamente porque tengo que hacerlo. He perdido mi rumbo. Mi norte. Los estudios, la religión, el dia a dia... Es como si lo hiciera porque sé que tengo que hacerlo, estoy convencido de que tengo que hacerlo. Pero hasta el punto de que ya ni me planteo por qué, o para qué, si quiero hacerlo. Como una manera de sobrevivir, llamada rutina, o estabilidad. Y ya no sé por que hago las cosas. Sencillamente, las hago. Y las cosas que realmente quiero hacer, que sé porque las hago, son tan lentas, o tan inútiles, o yo que sé.

La música. Quiero ser un gran guitarrista, pero avanzo de forma increiblemente lenta. Y quiero componer grandes canciones, y me cuesta sacarlas adelante.

El hapkido. Quiero ser un gran artista marcial, pero se tardan años, esfuerzo, dedicación, y sigo siendo un paquete...

La amistad. Quiero ser un gran amigo, pero ya no sé si soy realmente buen amigo, o si tengo actitud de amigo, o si hago las cosas bien o mal... Porque soy un experto en hacer nuevos amigos "adaptándome" a ellos, y escuchando lo que tienen que decir, pero ellos nunca se adaptan a mí, ni escuchan lo que tengo que decir. (No incluyo a ciertas personas, Marta, Álvaro, Andrea, etc... Me refiero a una regla general).

El amor. Quiero una chica en mi vida, que me llene. No precisamente amarla, pero que me llene y yo la llene a ella. Que dure lo que dure, pueda decir "mereció la pena", pero me da mucho miedo empezar una relación. Me da mucho miedo enfrentarme a una relación de nuevo. Pero por otro lado...

Los estudios. Quiero aprobar, no repetir. Pero no tengo continuidad, esfuerzo, sacrificio, perseverancia.

¿Y por qué?
Por todo lo dicho. Porque he perdido el rumbo. El norte. Ya no sé lo que es importante, lo que merece la pena. Ya no sé porque esforzarme. Hago las cosas porque sí. Y no puedo seguir así. Necesito algo que me llene.
Y volvemos a lo mismo...
Y que bonitas son las palabras de "Yo soy dueño de mi destino... Puedo llegar a donde quiera... Me comeré el mundo..." Y luego no soy capaz de esforzarme en lo realmente importante. ¡NISIQUIERO PUEDO VER LO QUE ES REALMENTE IMPORTANTE!
Estoy demasiado perdido. Con los ojos cerrados.
Y ya me estoy cansando. Tanto vivir del dia dia, como dicen, ha hecho que hasta eso se haya vuelto vacío...

Wednesday, November 15, 2006

Magic Fire

Cada mañana, a las 6:25, me despierta la misma melodía del despertador de mi móvil. Me incorporo sobre las sábanas para pararlo, y me levanto para ir a ducharme, o espero un minuto a que salga mi hermano de la ducha, que entra antes que yo.
Me ducho, me pongo una toalla en la melena para que al soltarla no me moje la espalda y pille una pulmonía. Sobre las 6:45-50 estoy fuera y vistiéndome. Salgo al salón y cocina, cojo los cereales y me preparo un cuenco. Desayuno, termino, dejo pasar el tiempo hasta que preparo la mochila, me lavo los dientes, cojo mis cosas y me pongo mi música mientras voy a recojer a Marta a su casa para ir la parada. Cojo el autobús y sigo con la música, hasta llegar al instituto, donde sigo con la música hasta entrar en clase. En algunas atiendo, en otras no. En algunas cojo apuntes, en otras no. En algunas me duermo, en otras no. Salgo al recreo, y compro mi oferta Salchichón+Refresco (preferentemente Kas naranja), o raros días, de salchicha. Me quedo con el grupo de siempre, o los días esos en los que no sé integrarme, me quedo ausente. Terminan las 3 horas, a veces más animadas que otras. A la última hora salgo deprisa para pillar plaza en el autobús (cada vez es menos complicado), donde sigo escuchando música, hasta que bajamos y acompaño a Marta hasta su puerta, donde nos quedamos charlando sobre el dia, nuestros pensamientos o cualquier tontería. A veces hace un calor infernal, otras llueve. A veces no tengo ni idea de que hablar, y otras veces me quedaría toda la tarde charlando con ella.
Luego dejo pasar la tarde de manera irresponsable, salvo lunes y miércoles, en los que mis alumnos reclaman sus lecciones de guitarra, y yo mis lecciones de hapkido (de ésto último también el viernes). Después de comer suelo echar el rato en el ordenador, y a veces desperdicio la tarde en él. Llega la hora de dormir e intento madrugar, pero siempre se me acaba alargando la hora. Ceno, me lavo los dientes y a la cama. Y ahí es donde empieza la peor parte.
Tengo una vida tranquila, y a la vez emocionante. No me falta de nada. Tengo salud. Gente que no cambiaria por nada. Gente que no olvidaría por nada. Una familia de la ostia. Cuando me preguntan "¿Qué tal?" suelo contestar "Mejor de lo que me merezco". Las veces que pienso "¿Qué pasaría si ahora mismo, en este instante, me muriese?", le quito la gracia a la idea, porque no me gustaría. Por uno u otro motivo, nunca es un buen motivo para morir. Siempre tengo motivos para querer llegar al dia siguiente. Siempre tengo motivos para querer llegar a la hora siguiente. Lo que le digo a la gente que habla del suicido: "Siempre que pienses en suicidarte, date un dia más y verás como al siguiente encontrarás un motivo por el que agradeces no haberte suicidado". Estoy muy agradecido por mi vida y no la cambiaría por nada.


Entonces...
¿Por qué todas las noches, cuando me meto en la cama, empiezo a pensar en formas de morir de repente? De un infarto, no poder respirar, empezar a vomitar sangre, que entre alguien en la clase y me pegue un tiro. O sencillamente, pienso en lo que sería cerrar los ojos para dormir, y no despertar a la mañana siguiente ni nunca. Pienso en morir de una vez. Cada noche, pienso que estaría mejor muerto.
Vivo un dia intenso. A la noche muero. Y cada mañana resucito.
Pero ¿por qué tengo que morir cada noche? ¿Qué tiene la noche metido en la cama que me hace aferrarme tan poco a la vida, donde cualquier forma de morir es una buena forma?
¿Quizás por ganas de desgarrar la rutina? ¿Asistir a mi propio funeral y ver a quién le importo y qué dirían de mí? Solo sé que uno de mis mayores deseos cuando cierro los ojos para dormir es "No volver a abrirlos nunca más". Y cada mañana, en el instituto, pienso "Dios, gracias por darme un día más. Gracias por dejarme abrir los ojos, otro día más".







Aquella noche de San Juan, mi deseo se cumplió.







"Deseo ver otro amanecer".

Thursday, November 02, 2006

Que no hay que hacer

-Huir.
-Mentir.
-Robar.
-No perdonar.
-Matar.
-Jugar con los corazones ajenos.
-Comer cosas del suelo.
-Meterte lápices por la nariz, y si puedes evitarlo, tampoco por la oreja.
-Romper los juguetes de tus hermanos, o de tus amigos.
-Comer sin lavarte las manos.
-Salir del servicio y no lavarte las manos.
-Cotillear las conversaciones de messenger de los demás.
-Saltar a la pata coja en la cuerda de tender de un 7º piso (de 6º para abajo está permitido).
-Suspender religión en primaria... y en la E.S.O.
-Cortarte apéndices, por ejemplo, la mano.
-No ver al menos una vez en la vida alguna película de los Hnos. Marx (aunque solo sea para ver la escena del camarote en "Una noche en la ópera").
-Iniciarse sexualmente con animales.
-Dejar de reír, nisiquiera por los chistes malos.
-Preguntarse por qué "todo junto" se escribe separado y por qué "separado" se escribe todo junto.
-Fumar.
-Drogarse.
-Olvidar quienes somos.
-No elegir quienes somos.
-Dejar que elijan quienes somos.
-Rayar un CD que te haya prestado.
-No mimar como si fueran hijos tuyos los mangas o libros de rol que te presten.
-Gritar "¡Viva er betis manque pierda!" delante de una peña sevillista durante un derby... y que vayan perdiendo.
-Preocuparse demasiado.
-Pasar de todo y no preocuparse.
-Llorar.
-Dejar de llorar.
-Llevarte mal con tus padres.
-Llevarte mal con tus hermanos.
-Odiar.
-No escuchar.
-Cerrar tu mente.
-Leer revistas de belleza (solo harán que te sientas feo).
-Meterte en una pelea.
-Meterte en las relaciones de los demás.
-No despedirte cuando vas a colgar el teléfono, o cuando te dicen "Lo siento, se ha equivocado de número" colgar directamente sin decir "Disculpe las molestias" o "Ah, perdone".
-Hacer pagar a otros tus problemas.
-Reprimirte.
-Desenfrenarte.
-No estudiar algo de filosofía alguna vez en tu vida.
-Señalar con el dedo.
-Vestir de rosa, naranja y rojo a la vez.
-Hurgarte la nariz, o por lo menos, no delante de alguien que te vea. Y si lo haces, lávate las manos.
-Mandar cadenas por email inútiles.
-Forzar una amistad o una relación.
-Orinar públicamente en un centro para discapacitados.
-Violar.
-Abortar (abstenerse comentarios, por favor. Me sé demasiado bien la opinión de las mujeres y no quiero empezar ningún debate, os lo suplico).
-Decir el precio de un regalo.
-Despreciar un regalo.
-Vender un regalo.
-Quemar un regalo (para eso lo vendes).
-Comerse algo que burbujea y cuyas burbujas no desparecen cuando explotan, sino que van empequeñeciéndose de forma lenta y espesa.
-Manipular a los demás.
-Ser egoísta.
-Ser ególatra.
-Ser narcisista.
-Estar en 2º de bachillerato y pronunciar "Today" como "todai" (así tal y como se escribe).
-Dejar que te digan lo que no hay que hacer.
-Escribir "hacer" sin H.
-Olvidar el pasado.
-Estancarse en el pasado.
-Lamentar lo que pudiste haber hecho. Lamentar de lo que no hiciste. Creer que sirve de algo seguir pensando en ello, lamentándote.