Debo considerarme una persona afortunada. Es decir, si echamos la vista atrás vemos toda clase de sucesos que ocurren por un motivo y casi siempre es para bien, para definir lo que eres y lo que es tu vida.
Por ejemplo, en mi caso, podía haber ido a la facultad a mirar las notas. Pero no lo hice. Realmente no sé por qué, si porque esperaba que las colgasen en la plataforma o algo por el estilo, pero no fui para verlas yo mismo.
De haberlo hecho... de haber ido para verlas personalmente habría observado mi nombre en esa lista del último examen y habría podido contemplar ese número que indicaba que estaba aprobado. Por supuesto habría vuelto bailando a casa de felicidad, y estos días habrían sido mucho más maravillosos.
De haber hecho eso, estoy convencido que el golpe de recibir una llamada a mi casa de mi profesora diciendo que ha habido un error y que en realidad estoy suspenso habría sido mucho más duro.
Entre eso y lo especial que debería sentirme porque la profesora se tomase la molestia en llamarme para darme la noticia, sin duda debo considerarme una persona muy afortunada.