RJ

No sabes lo que es empezar el viaje hasta que no ves los rayos del sol filtrarse entre tus dedos. Cuando la toques y juegues con ella podrás mirarte a la cara.

Hay muchos héroes en la historia que admiro y que les podemos poner la palabra "prodigio" en sus recuerdos. Yo sé que no estoy entre ellos. Pero debo seguir adelante y continuar un viaje que aún no ha terminado. Al fin y al cabo, hay muchas clases de héroes. Y algunos no están para ser sino para inspirar. Yo no seré uno, pero el viaje continuará gracias a ellos.

¿Cómo puedo tratar de contarle nada al mundo si aún no he terminado de contármelo todo a mí mismo? Sin cuentos no hay moralejas y sin viajes no hay nada que contar. Esta aventura no está todavía definida. Es más, apenas está empezando a rascarse la piel. Pero eso lo hace jodidamente maravilloso. Lo mucho, mucho muchísimo que me queda por recorrer y por contarme.

Cuando acabe, quizás y solo quizás, tenga algo que contarle al mundo.

Despierta

Revisando fotos de los años anteriores, los meses, los días

todos eran mejores o así lo sientes y lo extrañas, sueñas con ellos y respondes a la voz del celo enjaulado en telarañas de memoria, puta escoria, añorando recordar la sensación tan cálida que era levitar en los prados de templanza y tranquilidad

cuando todo iba bien, cuando nada te iba mal

cuando siempre estaba claro tu nombre en un grabado de metal y madera, de piedra dura y sincera

en tu alma el camino se abre y tienes claro tu destino, tu esencia se ciñe al vestido

y se rasga con dulzura preparándose al amor libre y al buen vino.

¿Qué fue de esa persona que escribe preocupada y no reconoce su sombra en la pared de la mañana?

¿Por qué se siente tan extraña y distante? ¿Por qué ha olvidado su nombre si siempre estuvo delante?

Porque busca en fotos del pasado buscando una respuesta y se haya descontenta cuando recuerda la felicidad que obtuvo sin saberlo, cuando todo el mundo se alzaba a su paso con un gesto de su mano humilde y resguardado preparado para todo. Para hacer del universo su recreo y su juego, olvidando las reglas del tablero, dispuesto a darlo todo y ser sincero.

Esos tiempos pasan y se olvidan, y unas fotos revelan la verdad. Que nunca se han marchado, que estuvieron a tu lado y no te abandonaron, esperaron pacientes entre cantos y llantos recientes una bofetada de realidad.

Entre versos improvisados cruelmente ensayados te das cuenta que es mentira

que la luz es oscura y la brisa contamina las pisadas de la arena que ahora pisas.

Porque en vano buscas el camino de vuelta, el sendero que te ha guiado por palabras traicioneras

y que ahora te ha llevado a tu existencia pendenciera. Identidad perdida buscada entre baúles y estanterías podridas de belleza sin igual, solo entonces consciente de que has perdido el norte y olvidado tu realeza. ¿Cómo es posible viejo amigo que lo tuvieses tan claro y no fueses consciente del gran don que poseías? Te envidio porque respondes a un nombre con seguridad, no temes a la muerte y ni siquiera lo sabrás

hasta que no pasen los años y cuando mires atrás extrañarás esos momentos.

Pero ya será tarde porque solo quedará nostalgia en los recuerdos

mientras miras un espejo decaído y te das cuenta de todo lo que has perdido.

Tu nombre, tu espada y tu sentido.

Es hora de despertar.

viejo amigo

Caminaba perdido por los lugares de la noche que no recuerdan tu nombre. La luz era tenue y el sonido dulce como el viento pero el frío se clavaba en las muñecas y se colaba por la manga. Resultaba absurdo el porvenir y el tiempo se ceñía a los segundos de ayer. El momento se traspasaba de dueño a dueño y se apropiaba del deseo y el saber. La ignorancia jugaba su papel y el camino se cruzaba con los sueños de aventura y furia.

Oye, sé que en este momento no quieres hablar con nadie, ni siquiera conmigo. Pero quiero que sepas que no tienes que preocuparte. Lo estás haciendo bien. Confía en mí como yo creo en ti. Sé que puedes hacerlo. Encontrarás el camino. Sé que lo harás porque yo nunca te voy a olvidar. Nunca te voy a abandonar. Duerme tranquilo, rompe algunos platos y llora todas las veces que necesites. El sendero es largo y duro. Pero es apasionantemente hermoso. Lo verás. Lo irás descubriendo.

Lo sabrás mañana. Ahora equivócate. Y escucha música. Jamás dejes de escuchar la música que te gusta. Porque no puedes engañar al corazón. No puedes mentirte a ti mismo.

No me puedes engañar. Es divertido ver como lo intentas, pero no puedes. Es un juego. Juégalo y punto. Lo mejor vendrá durante esos momentos de incertidumbre. Cuando todo se disuelva. Y solo quedes tú en el tablero. Las respuestas caerán como una baraja de naipes. Lo sabrás todo.

Y no sabrás nada.

Eso es lo más divertido. Pero al menos te habrás reído. Y sonríe.

Y sonrió.

Sonreí. Lloré, es cierto. Y mucho. Pero sonreí.