Vuelve el viento soplando en la noche. El atardecer aplaza los momentos y detiene el tiempo. Contemplas el sonido del silencio y disfrutas del frío. El momento de reír pasa por delante tuya sin que puedas percibirlo y no haces honores a los nombres de los difuntos. El paso del tiempo se tensa en un hilo de menciones a literatura y música. El color gris se muestra hermoso y pensativo, acariciando la mejilla y la barbilla con suavidad. El calor ausente y la caricia de la brisa. Sientes las pretensiones escudarse mientras desaparecen en el olvido de la indiferencia y la ignorancia curtiéndose en ciudades de lamentos que no tienen ningún sentido. Los dedos teclean sin saber que van a escribir a continuación pero sabes que necesito decir que necesito sentir que siento que necesito sentir la necesidad de estar sintiendo esta dulce sensación. La verdad solo es una palabra. El sentimiento de descubrirla es mucho mayor. Pero no se necesita saber la verdad sino intentar descubrirla y luchar por comprenderla. Entonces vislumbras como muchas pequeñas verdades van bailando a tu alrededor tratando de despertarte de un sueño eterno que te ruega que leas entre sus líneas para que descubras otra verdad mayor. Pero mientras tanto el tiempo sigue pasando y la vida continúa con sus lindas distancias entre momentos de pasión y alivio. La mentira se torna oscura y la luz responde a tus llamadas. Es el momento de descubrir que necesitas en este instante y olvidarte de lo que querías anoche porque el ayer pasó y el mañana no llegó y las cosas te golpean sin que puedas siquiera percibir el roce de un logro mal conseguido.
En ese momento te darás cuenta de que sin necesitar entenderlo podrás comprender que no tienes control sobre tu vida como creías y que tal vez, solo tal vez no sea tan importante porque aún te queda la voluntad de seguir adelante despertándote cada día sabiendo que descubrirás una nueva melodía en tu cabeza que armonizará perfectamente con los vientos del norte y del sur haciendo la vida un poco más fácil, quizás. Solo quizás.
Pero mientras tanto, el frío y gris seguirán alzándose. Triste y feliz.
Dispuesto a desearlo todo. Olvidándote de lo demás. Sin saber lo que quieres. Pero ansiando todo lo demás. Porque todo lo demás, al final, no importa. Solo importa saber que no sabes que necesitas pero sabes que necesitas saber lo importante.
Y al final sonará una canción. Y podrás dormir tranquilo esa noche.
Y mañana ya veremos.