Llevo tiempo observándote desde lejos. Como aquella vez conversando. O aquella tomándonos una cerveza.
¿Recuerdas cuando nos despedimos? Te observaba desde lejos.
Aquella vez que caminamos juntos, te observaba desde lejos.
La vez que me saludaste con la mano, estaba a lo lejos. Observando.
Me he fijado que miras a otro lado. No podré estar observándote eternamente.
Y desgraciadamente la pena está ganando. La sonrisa amarga recorre mi cara. El mundo seguirá girando como loco. Todas las palabras son tan hermosas cuando las olvidas.
Perdido.
Llevo tiempo observándote desde lejos. Quizás algún día me aleje de verdad.
Lo siento. Supongo que aún no me atrevo a decírmelo a mí mismo. Lo siento mucho.
Nos volveremos a ver. Desde lejos.
Y ojalá, ojalá algún día pueda mirarte a la cara. De cerca.